24 de agosto de 2011

Los tartamudeos II

¿Cuantas veces más necesitaré acostarme pensado que yo conozco las palabras, pero no domino los medios para hacerlas fluir? ¿Por cuantas noches cruzaré reflexionando sobre como mis caretas deben parecer feas y ridículas mientras yo “hablo”? ¿Bajo cuantas lunas me quedaré contentándome por no ser mudo y tener una estruendosa risa?